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martes, 2 de septiembre de 2008

La cirugía estética

DESDE que la Princesa de Asturias se hizo una septorrinoplastia, los ojos machistas de este país (fíjense que no se dice las ojas) se han vuelto hacia la cirugía estética. Así, las revistas y periódicos se han desmadrado (fíjense que no se dice despadrado). Y publican detallitos sobre las intimidades de Fulanita y Menganita, que si Elsa Pataky, que si Esther Cañadas, que casi todas las buenazas se han tocado la nariz, que si el pecho, que si el trasero, que si el Botox... No se libra ni la primera dama francesa, madame Carla Bruni, que hace y se hace de todo. Pero fíjate, Bibiana, que nada más que lo dicen de las mujeres. ¡Curioso detalle! Verás como una ministra de Zapatero se retoque eso o lo otro, verás lo que dicen. Y eso es lo que yo digo ahora: ¿es que no hay ningún hombre que se haya alargado eso o lo otro?

Así como Eva tentó a Adán en el paraíso (otro detalle machista), en la realidad actual de la Biblia Laica Políticamente Correcta son los hombres quienes tientan a las mujeres:

-Letizia, estás guapísima, pero estarías todavía más guapa con una nariz como Dios manda.

Fue un hombre precisamente, el doctor Avelino Barrós, jefe de los servicios médicos de la Casa del Rey, quien aconsejo a la Princesa de Asturias que se hiciera una septorrinoplastia.

Y ella se la hizo (fíjense que no se dice septorrinoplastio), pero salió a la calle antes de tiempo. No salió para lucirla pronto en todo su esplendor, hay que aclararlo, sino por un motivo muy triste, por un avión de Spanair que sufrió un trágico accidente en Barajas y había 154 muertos.

Todavía no sabemos las causas del mayor accidente de aviación ocurrido en España durante el siglo XXI. Pero conocemos todos los detalles de la septorrinoplastia de doña Letizia y de las septorrinoplastias propiamente dichas, en general. Sólo falta que aparezca el otorrinolaringólogo u otorrinolaringóloga que la operó para que sea proclamado héroe o heroína nacional. Y así, mientras siguen sin conocerse las causas del siniestro de Barajas, donde hubo algunos muertos menos que el 11-M, se seguía hablando y escribiendo sobre la nariz de la Princesa y sobre el biquini de Magdalena Álvarez, aunque eso había ocurrido antes, en aguas de Mallorca, donde se bañó y posó como si fuera la Venus de Botticelli.

El refranero, que también es machista por definición (fíjense que no se dice la refranera) afirma que "valen más dos tetas que dos carretas", lo cual se puede entender de diversas maneras. La cirugía estética es muy útil: ya ha demostrado que puede servir incluso para disimular los accidentes de aviación. A ver si Solbes nos da un ejemplo de Igualdad, y se retoca algo para disimular la crisis.

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